– ¿Creas tus propias cuotas?
– ¿Eres de los que confían en el mercado?
– ¿Es posible que uses la estrategia correcta con la ejecución equivocada?
– ¿Apuestas solo por diversión?
Si bien muchas personas intentan vivir de las apuestas, y un porcentaje mucho menor de ellas logra obtener una ganancia constante, también existe una gran cantidad de personas a quienes no les preocupa demasiado el rendimiento de lo invertido. Esta es una de las formas típicas de distinguir a los apostadores: quienes apuestan para ganar dinero y quienes lo hacen por diversión.
Otra forma de clasificar a los apostadores es en “expertos” (quienes saben bien lo que hacen) y “novatos” (quienes no lo saben). Sin embargo, existen muchas subcategorías dentro de estos cuatro tipos de apostadores clásicos. Hay muchas personas involucradas en esta actividad que ni siquiera apuestan, a quienes les gustan los elementos matemáticos o psicológicos y que ven en las apuestas un acertijo para resolver.
Apostador A: Crea sus propias cuotas
Esta es la clásica percepción sobre el apostador. Alguien que hace lo mismo que el corredor, pero que intenta hacerlo mejor. Utilizan cualquier información o técnica relevante para crear una reflexión precisa de la probabilidad de los resultados de un evento. Este tipo de apostador espera que sus probabilidades sean más precisas que las del corredor.
Este tipo de apostador ni siquiera necesita consultar las cuotas que hace el corredor para calcular sus propios resultados. En lugar de ello, se basa en un modelo o estrategia que se ha refinado y puesto a prueba a lo largo del tiempo para garantizar que valga la pena apostar. Esta estrategia produce sus propias cuotas, que se pueden comparar con las cuotas disponibles. Cuando la probabilidad de ganar en un evento específico del apostador es mayor que la del corredor, se dice que tiene una “ventaja” (una apuesta que vale la pena hacer).
Para aplicar este tipo de estrategia se requiere una habilidad superior, conocimiento de nivel experto y mucha determinación y paciencia para lograr los resultados esperados. Es posible tener éxito en varios deportes y en diferentes mercados al crear tus propios resultados. No obstante, los apostadores que entran en esta categoría generalmente se especializan en deportes o mercados específicos (es tan difícil ganar que lo mejor es enfocarse en una parte de la oferta de los corredores).
Este tipo de apostador ha tenido que evolucionar y desarrollarse junto con la industria de las apuestas. El mercado se ha vuelto más sofisticado, por lo que el enfoque “pronosticador” tradicional ya no es tan común. Para poder competir con los corredores y con otros apostadores, el acceso a la información y el uso que se le da se han vuelto aspectos imprescindibles en el mundo de las apuestas modernas.
Si bien mucha de la información anterior define a los apostadores en un contexto particular, este tipo de apostadores pueden agruparse y abordar las apuestas de forma colectiva, como sucede con otras categorías. Puede ser simplemente el compartir información y formar una comunidad, hasta establecer un sindicato con fondos comunes y responsabilidades designadas.
Apostador B: La idea correcta con una mala ejecución
En este segmento de apostadores, muchos de ellos no saben que pertenecen a esta categoría (y en general creen que pertenecen al tipo de apostador mencionado anteriormente). Esta es una posición peligrosa porque las personas creen que están haciendo lo correcto y le adjudican sus derrotas a la mala suerte (o bien, al ganar, no se dan cuenta de que tuvieron suerte).
Al igual que el tipo de apostador anterior, esta categoría utiliza la información y puede llegar a establecer la probabilidad de los diferentes resultados de un evento particular y calcular una ventaja percibida. Sin embargo, falla al determinar el tipo y cantidad de información que debe tener en cuenta para hacer sus cálculos y el tiempo que invierte en probarlos.
Lamentablemente, aunque este tipo de apostador puede aspirar a ser profesional, esta clase de estrategia lo hace imposible. Ya sea que se sigan las tendencias históricas de hándicap de la NFL o que se utilicen los objetivos promedio de la liga y de los equipos para intentar predecir las apuestas Más de/Menos de en un partido de fútbol, este es el tipo de apostador que hace un análisis básico antes de realizar una apuesta.
Los corredores invierten grandes sumas de dinero en personal y tecnología para generar y administrar las cuotas que ofrecen. Además, hay miles y miles de apostadores en el mercado con acceso a una gran cantidad de información que cuentan con experiencia y habilidades del nivel experto en modelos de predicción (los cuales también inciden en las cuotas de los corredores). Si crees que puedes identificar las ineficiencias del mercado y vencer a otros apostadores con ellas, pero solo inviertes una parte del tiempo y la energía que invierte el resto, es una señal de que no cuentas con el conocimiento suficiente sobre el funcionamiento de las apuestas y lo que se necesita para ganar.
Apostador C: Usa el mercado a su favor
Apostador C: Usa el mercado a su favor
Un error común es creer que se necesita ser experto en un deporte para ganar dinero en las apuestas. Una historia clásica que se utiliza para respaldar esta afirmación es la que cuenta que un comerciante ganó dinero al vender “madera verde” pensando que literalmente era de ese color, cuando en realidad ese término se utilizaba para referirse a los árboles recién cortados (de ahí el término falacia de la madera verde creado por Nicholas Nassim Taleb en su libro Antifrágil).
La idea de que contar con conocimiento sobre un deporte no es un requisito para ganar en las apuestas con frecuencia divide a los apostadores. Esto se debe a que algunos necesitan dicho conocimiento sobre un deporte por la forma en que apuestan y otros confían en que el mercado les brinde la información necesaria.
Este tipo de apostador confía en el hecho de que los corredores pueden generar líneas eficientes y trabajan a partir de ellas de forma retrospectiva. No intentan competir con los corredores al calcular la probabilidad de los resultados en los mercados populares. Esto se debe a que saben que el corredor ha invertido una importante cantidad de recursos y cuenta con un flujo de información constante en forma de apuestas que los ayuda a refinar sus cálculos en los mercados tradicionales de los deportes más importantes.
A diferencia de los otros, este tipo de apostador utiliza las líneas de un corredor eficiente y hace un análisis general hasta encontrar ineficiencias con otros corredores (y como consecuencia, muchas veces se les expulsa o limita). Pueden consultar mercados alternativos o derivados en el mismo corredor que se relacionan con los mercados eficientes, pero en los que las probabilidades para dichos derivados no encajan como deberían.
Un ejemplo del tipo de apuestas que hacen quienes pertenecen a esta categoría es utilizar la probabilidad de que se anote una cantidad específica de puntos en un partido de la NBA a partir de la línea que establece el corredor para apostar solo en el total del segundo cuarto. No es necesario saber qué equipos o jugadores participan.
La única información necesaria es la línea eficiente del corredor para el total del partido y los datos adicionales (p. ej., la distribución de puntos en los cuatro cuartos de un partido de la NBA) para saber si los mercados para los totales de los cuartos individuales coinciden. Si no coinciden, esta es una valiosa oportunidad para este tipo de apostador.
Apostador D: Todo sea por divertirse
Mucha gente busca ganar dinero al apostar. Pero para algunos, las posibles ganancias no son lo más importante. Esto no quiere decir que este tipo de apostador no se entusiasme ante la posibilidad de ganar o no se lamente al perder. De hecho, este tipo de sensaciones forman parte de las razones por las que apuestan. Lo hacen por la emoción que implica, para participar del evento y para “ponerle el cuerpo a la competencia”.
Este tipo de apostador sabe que no tiene muchas probabilidades de ganar debido al poco tiempo que invierte en analizar las apuestas que hace. Posiblemente tampoco sepan mucho sobre probabilidades y sobrestimen sus posibilidades de ganar, además de que no les preocupa demasiado la recompensa económica.
Cuando se apuesta por diversión, muchas veces se hace con el objetivo de sumarle un toque de emoción a la experiencia como espectador. Puede apostarse directamente al ganador, hacer varias apuestas en diferentes partidos durante el día o una apuesta de proposición sobre un jugador en particular de la competencia.
El monto de la apuesta no es lo que define a un apostador recreativo. Puede ser €5000, €5 o €0,50 ya que es relativo al ingreso disponible de cada uno. Es posible que este tipo de apostador no realice un análisis general de los márgenes más bajos para obtener el mejor valor. En general, es fiel a un corredor debido a la marca y la experiencia general al apostar, que incluye la interacción con el sitio web y el servicio de atención al cliente.
Lecciones importantes para cualquier tipo de apostador
Creer que eres un tipo de apostador distinto al que en realidad eres puede ser peligroso. Cabe destacar que, independientemente del tipo de apostador que seas, es fundamental que administres tu dinero adecuadamente. Puede ser mediante una estrategia de apilamiento para optimizar el dinero disponible si vives de las apuestas o simplemente asegurándote de no gastar más de lo que tienes y apostando únicamente hasta donde puedes.
También está claro que la industria moderna de las apuestas no se compone únicamente de apostadores y corredores. Hoy en día, y más que nunca, existen innumerables “pronosticadores” o “touts” que ofrecen sus selecciones como un servicio para obtener ganancias. Si bien quienes se toman las apuestas con seriedad saben que este tipo de servicios carecen de valor y que es poco probable que quienes apuestan por diversión gasten más dinero por menos entretenimiento, muchas personas los utilizan.
Millones de personas apuestan en todo el mundo, por lo que sería absurdo pensar que cada una de ellas encaja perfectamente en alguna de estas cuatro categorías. Es más probable que los apostadores se acerquen mucho más a alguna de estas cuatro categorías que a otras, quizás con una tendencia a caer en una o dos de las otras de vez en cuando.