El equipo blanco viene de perder dos partidos seguidos en el Wizink Center por dobles dígitos. Lo peor no es el resultado sino la imagen y las sensaciones.
Poco queda de ese Real Madrid que se paseaba por todas las canchas de Europa. La realidad es que la temporada se le puede hacer muy larga al equipo blanco. A día de hoy, sí tuviera que hacer una predicción, sería que el Madrid no va a ganar la Euroliga . Además, tienen muchas opciones de perder la liga contra el Barcelona de Roger Grimau.
Principalmente, toca señalar hacia el banquillo blanco. Chus Mateo tenia los dos pies fuera del equipo el año pasado, Sergio Scariolo estaba ya preparándose para coger las riendas del equipo… Sin embargo, una milagrosa remontada en la eliminatoria contra el Partizan sumada a la posterior victoria en la final de la Euroliga contra el Olympiacos lo cambió todo.
Esto es lo que pasa cuando eres resultadista, cuando solo valoras los resultados en lugar de lo que se puede ver en la cancha. Es algo que estamos viendo esta temporada con Pablo Laso en el Bayern: un equipo con tantas estrellas juntas en el que es casi imposible hacerlo mal. Los buenos equipos ganan solos, por una mera cuestión de talento. Lo que está claro es que ni Pablo Laso ni Chus Mateo están al nivel de los mejores entrenadores del viejo continente.
A veces pienso en que podrían haber conseguido el Madrid con un entrenador como Zeljko Obradovic, entrenador que equipo que pilla, , equipo que se convierte en hiper competitivo (independientemente de las piezas que tenga). Otro ejemplo de entrenador de élite en Europa es Trinchieri. Poco tenía que demostrar ya el entrenador italiano, pero lo ha vuelto hacer una vez más. Con la temporada empezada y un equipo configurado para el gusto del entrenador Maksvytis, ha cogido al Zalgiris y en un par de semanas le ha cambia la cara (han conseguido 4 de 5 victorias en Euroliga bajo su dirección).
Volviendo al tema principal, el mayor problema que tiene el Real Madrid a día de hoy son las rotaciones que plantea Chus Mateo. Los blancos son una apisonadora contra cualquier equipo cuando juegan los titulares, no obstante con su segunda unidad no consiguen anotar y conceden parciales gigantes a sus rivales. Es algo que vimos el otro día con Panathinaikos. Un partido cómodo, en el que vas 8 arriba a falta de 2 minutos para terminar el primer cuarto, pero unos cambios de Mateo cambiaron la dinámica. El entrenador sacó a 5 jugadores de banquillo de golpe, algo más propio de un deporte como el balonmano, y el equipo griego le endosó un parcial de 16 puntos en apenas 4 minutos.
El equipo blanco poco ha cambiado de lo que nos acostumbraba con Pablo Laso: la necesidad de tener ganar los partidos 5 o 6 veces. Cada vez que se consigue una ventaja grande, se tira a la basura. Es un ciclo que se repite una y otra vez. Estas circunstancias son algo anormal y un problema de Chus Mateo.
Al final, los suplentes del Real Madrid serian las estrellas absolutas en cualquier otro equipo de Europa. Si tus suplentes son mejores que los titulares rivales, y juegan ante sus suplentes, es incomprensible que una y otra vez te destrocen. El Madrid cuenta en la segunda unidad con gente como Hezonja, Poirier, Abalde, Causeur, Sergio Rodriguez, Yabusele… auténticos jugadorazos y que pueden mirar a la cara a cualquiera.
Otro de los grandes problemas que presenta el Real Madrid es el miedo que tiene Chus Mateo de que Tavares no pueda jugar los minutos finales de los partidos. Si el gigante caboverdiano comete un par de faltas pronto, Chus se olvida de él y lo sienta en el banquillo hasta que quedan tres minutos.
A raíz de esto, vimos ayer un experimento que cada vez que lo prueba, tiene terribles consecuencias: jugar sin un pívot puro. Colocar a Yabusele de pívot, sin la presencia de o bien Tavares o bien Poirier, provoca que el equipo rival anote una y otra vez canastas fáciles debajo del aro. Esto supone una sangría para el equipo blanco de la que es muy difícil reponerse.
Aun con todo, quizá el punto mas llamativo es la apuesta continuada por Sergio Llull. Para Chus Mateo, Llull sigue siendo ese jugador de hace 10 años, que no había sufrido una grave lesión de rodilla, a punto de dar el salto a la NBA y uno de los jugadores más determinantes de Europa. Supongo que a los entrenadores les cuesta mucho enterrar a los que en el pasado fueron sus estrellas. No obstante, la vida no se detiene. Un día eres Zinedine Zidane metiendo 2 goles en la final de un mundial contra Brasil para hacer campeón a tu país, y al día siguiente eres un jugador con 35 años al cual los chavales de la cantera le pasan como aviones en los entrenamientos.
Para un jugador es duro aceptar que uno ya no es lo que era, ahí es donde cada uno decide que recuerdo quiere dejar, si apartarte del máximo nivel dejando un recuerdo increíble o arrastrarte las ultimas temporadas haciendo que todo tu legado se ensucie bastante. Poco o nada queda de ese jugador vibrante, Llull es un jugador a las puertas de la retirada que ha perdido toda su explosividad de cara a canasta y que realmente vive de conseguir anotar algunos triples imposibles.
Es duro ver cómo en los momentos calientes del partido superestrellas como Musa o Hezonja están sentados en el banquillo viendo como el aeroplano de Mahon se juega una y otra vez las posesiones. Es curioso como a diferencia de Rudy Fernández, Llull no ha aceptado su realidad.
Rudy llegó revolucionado tras su paso por la NBA, tirándose tiros imposibles y siendo en ocasiones contraproducente para el equipo. A partir de ahí, vimos una evolución hasta convertirse en uno de los mejores jugadores 3&D del Viejo Continente. Rudy entendió que ya no tenía que demostrar nada, lo había ganado todo en su carrera. Aceptó que su rol era defender duro y anotar los triples cómodos que le creaban sus compañeros, y consiguio brillar en este nuevo rol.
En cambio, Llull no ha aceptado su envejecimiento. Esta temporada sus mejores minutos fueron saliendo desde el banquillo, aprovechando que los rivales estaban cansados y lanzando tiros cómodos. Eso parece haber quedado atrás, y en estos momentos de la temporada ha vuelto el jugador que busca ser la estrella absoluta. Parece que su cometido es anotar un triple imposible para ser portada de medios de comunicación futboleros que viven del clickbait.
Finalmente, queda la duda de si en los momentos de la verdad, Chus Mateo empezará a apostar por sus mejores jugadores. Si no lo hace, seguirá hincando la rodilla contra equipos que no son mejores que el suyo propio.
Le pese a quien le pese, la columna vertebral de este Real Madrid son Campazzo, Deck y Tavares. Si a este trío le acompañas siempre con un anotador de élite (como pueden ser Musa o Hezonja), y jugadores que complementen sus virtudes y fortalezas, tienes la receta para convertirte en un equipo imbatible. Es el sistema más lógico, y el que cuando se ha visto implementado, no ha encontrado respuesta por parte de nadie .
Esta temporada 2023/24 hemos visto un Madrid de dos caras: un equipo imparable acumulando récords al inicio de temporada, y otro lleno de dudas y que parece incapaz de sacar los partidos adelante en cuando se le tuercen un poco. Por desgracia, no sabemos cual será la cara que mostrará el equipo al final de temporada. Nadie tiene una bola mágica para saber lo que pasará, pero lo que parecía un año donde el Madrid iba a ganarlo todo, ya no lo parece tanto…