Manuel Pellegrini ha realizado un espectacular trabajo con el Betis desde su aterrizaje en el Villamarín, pero esta temporada podría ser la última del técnico chileno al frente del primer equipo verdiblanco.
La plaga de lesiones que ha asolado al equipo, además de la marcha de sus dos últimos directores deportivos, ha dejado vendido a un equipo que apuntaba muy alto tanto la temporada pasada como esta, y que de no conseguir entrar en Europa habrá fracasado el objetivo prioritario así como el proyecto arrancado hace cuatro años.
Primero fue Antonio Cordón el que decidió bajarse del barco, pero lo de esta temporada ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de Pellegrini, cuando perdió con la temporada iniciada a un jugador clave como Luiz Felipe, y al poco tiempo siguió el mismo camino Ramón Planes, ambos firmados por el Al Ittihad. Sin un central clave, sin recambio para él, y además en ausencia de un secretario técnico, se tuvo que afrontar una difícil parte de la temporada.
Pero es que desde ahí todo fueron problemas. El equipo no carbura, pese a los refuerzos invernales y ahora el técnico valora un adiós, algo que hasta la fecha nunca había decidido él, ya que o bien había terminado contrato o había sido destituido.
Su vinculación con el Betis tiene validez hasta junio de 2026, pero Pellegrini duda sobre si es el más indicado para intentar reflotar un equipo, que además, en el caso de no entrar en Europa, se verá obligado a vender efectivos y reducirá su plantel. La directiva confía en él pero el míster no lo tiene tan claro.