Los Leones, sin final europea: Portugal se cita con Georgia

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España domina a Portugal en una sólida primera parte y claudica en la segunda. Se jugará el tercer puesto con Rumanía.

Por ahora España no es de segundas partes. Lo evidenció primero Georgia en el duelo por la primera plaza de grupo y de nuevo este domingo Portugal en las semifinales del Campeonato de Europa, un partido que se le acabó escapando a la Selección tras dominar durante cerca de una hora a los Lobos. No estará en la final de París dentro de dos semanas, pero aún le queda la posibilidad de marcar terreno como tercero en discordia del torneo de cara al año que viene, cuando arrancará la clasificación mundialista y es posible que se cambie de nuevo el formato, en el partido de consolación contra Rumanía, que encajó un duro correctivo de los georgianos en la otra semifinal (43-5). 

En su primera versión en este 43º derbi ibérico los Leones fueron un equipo sólido, maduro, comprometido en el placaje y eléctrico en la transmisión. Les valió durante un buen tramo ante una Portugal que entró al lisboeta Estadio do Restelo desganada. En su XV faltaban algunas de las armas del último Mundial, en el que fueron sensación: Storti, Sousa Guedes, Rodrigo Marta… Pero los vecinos han ampliado el repertorio con la joven bisagra de los Hugos, Camacho y Aubry, que junto al 15, Cardoso Pinto, forman la espina dorsal de la línea más afilada del campeonato.

La sufrieron en sus carnes los españoles, que deberían haberse ido al descanso en franca ventaja con los posados de Mateu y Cian, el primero aprovechando una cruz perfecta de Bell bien continuada por Carmona, y el segundo en jugada ensaya tras una touch en 22. De hecho tendrían un par de opciones de ampliar la renta, malgastadas en malos pases. La situación parecía controlada cuando aparecieron los Martins, Nicolas y Lucas, que desmontaron la cortina defensiva española en la recta final de la primera parte para un posado con asterisco. Porque pareció que Cian le sacaba del campo antes de que completara una zambullida en la que, todo hay que decirlo, le sobró arrogancia (provocó un animado intercambio de opiniones posterior entre ambos equipos). No lo vio así el francés Rousselet, que ni siquiera consultó la acción, y los Lobos llegaron con vida al descanso.

Un ensayo transformado de ventaja era un escenario perfecto para la Selección, pero el depósito empezó a emitir señales de reserva al filo de la hora de juego, cuando a la salida de una touch Lima encontró el intervalo y acercó peligrosamente a los locales. El cambio de tendencia lo consolidó minutos después Cardoso Pinto en un contraataque letal, y el pie de Aubry fue enterrando poco a poco las esperanzas españolas. Al menos Ferrer, con el tiempo casi cumplido, firmó el ensayo que entregaba a España una última posesión para empatar o ganar. Era una quimera, no hubo milagro. Sí hay motivos para el optimismo en un equipo que, tras sacudirse el polvo en Ámsterdam, ha plantado cara a las que hoy por hoy son las dos potencias dominantes del Campeonato de Europa, ofreciendo progresos en cada partido. Rumanía será otra buena lección en este rodaje inicial de la ‘Era Bouza’.

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